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Creencias patriarcales que fomentan la negación de los abusos (4)

Creencia patriarcal: 4.Las mujeres y los niños son propiedad del padre, hombre y patriarca.

En España, no hace muchos años atrás, la mujer no podía tener una cuenta corriente ni un carné de identidad sin el consentimiento del cabeza de familia: él tenía todos los derechos y el poder sobre las personas que estaban bajo su techo. Su ley era la que valía, aunque implicara violencia física, maltrato y abusos.

Aún hoy, en sociedades extremadamente patriarcales como la sociedad rusa, a las mujeres les cuesta imaginar su vida independientemente de un hombre, y cuando se divorcian o son abandonadas suelen buscar enseguida una nueva pareja, renunciando, con bastante facilidad, a los hijos e hijas de anteriores relaciones. El nuevo patriarca —el nuevo hombre de la casa— siente que puede abusar tanto de la mujer como de sus hijos e hijas, porque le han hecho creer que son de su propiedad —ya que los mantiene— y tiene derecho a ser violento con ellos, tanto psicológica como sexualmente.

En enero del 2017 Rusia se proponía despenalizar los malos tratos aprobando una ley que permitía que los maridos solo fueran a prisión cuando pegasen a sus mujeres «más de una vez al año». Y esta ley fue propuesta por una mujer, la diputada Elena Mizulina, presidenta del Comité sobre Familia, Mujer y Asuntos Infantiles. Este ejemplo puede parecer algo lejano y ajeno a nosotros, pero expresa lo que está latente en nuestra cultura.

Hasta hace unos años, el Derecho español fijaba en los 13 años la denominada edad de consentimiento sexual, a diferencia de otros países del entorno, en los que se sitúa a los 14 años (en Portugal, Alemania e Italia) y a los 18 años en otros (en Malta y Turquía), por debajo de la cual se presume que todo contacto sexual con un adulto constituye por parte de este un delito de abuso sexual. En el año 2015, para adecuarse a la Convención sobre los Derechos de la Infancia y mejorar la protección de los menores, así como para poder luchar contra la prostitución infantil, la edad de consentimiento sexual en el Código Penal español se estableció en los 16 años.

Yo también considero un delito el hecho de que en 1972 la actriz que protagonizó la escena de sodomización de El último tango en París se encontrara rodándola sin su consentimiento expreso. Bernardo Bertolucci, el director de la película, y el actor Marlon Brando decidieron a sus espaldas cómo se realizaría la escena sin avisarla previamente y sin preocuparles su aceptación ni el sufrimiento que podía conllevar para ella. Es una escena que todo el mundo vio y validó. Se priorizó el hecho de poder grabar su reacción de sorpresa y dolor, desatendiendo su bienestar. Cuando Maria Schneider fue obligada a rodar la escena de la mantequilla tenía 19 años y mantenía una gran diferencia de edad con el director de la película, Bernardo Bertolucci, y con el actor Marlon Brando. Presuntamente, a raíz de este episodio, se negó a trabajar de nuevo con este director dado que consideró que la habían humillado.

MIREIA DARDER
Extracto de mi libro ‘La sociedad del abuso. 12 testimonios de abusos sexuales’ – Editorial Rigden-Institut Gestalt.
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